Las ciudades tienen una geometría orgánica que me fascina. Son la sedimentación física de la vida. El resultado material de un dinamismo continuo. El molusco produce la concha. El hombre, la casa. El pueblo, la ciudad. Si queremos comprender lo que vemos, lo que imponente se alza frente a nosotros, debemos recuperar su genealogía, las minuciosas acciones, los deseos y esperanzas, que lo hicieron nacer. El mundo de la cultura recupera entonces una profundidad de sentido. Hoy quiero esbozar la genealogía de la “plaza mayor”. ¿De cual? De todas, aunque la ocasión me la proporcione este libro que se propone festejar la construcción de la bellísima Plaza Mayor de Salamanca. “Plaza mayor” es un “universal cultural”, una constante urbanística que se da en todas las latitudes. Los hombres se agrupan para vivir mejor. Surge entonces una corriente continua y caudalosa de experiencias, de...
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